Para ello, le enseñaremos el cuento a los niños, donde ellos tendrán que representarlo una vez aprendido, para que los demás niños y padres lo vean y escuchen.
Con este cuento, los niños irán adquiriendo destrezas en el lenguaje, expresión corporal, además de vocabulario relacionado con esta estación, entre otras cosas.
El cuento de “las dos hojitas”:
Era un gran árbol lleno de hojas hasta un día en que apareció un
gran viento, que comenzó a soplar y soplar. Las hojas iban cayendo
al suelo una tras otras. Unas se llenaban de barro, otras las
pisaban los niños, y otras iban a parar a la basura cuando las
recogía el barrendero.
Había en lo alto de una ramita dos hojas que lloraban porque no
querían caer al suelo. No querían llenarse de barro, que los niños
las pisaran o que las echaran a la basura. Cada vez que venía el
viento se movían pero se agarraban con su rabito muy fuerte a la
rama del árbol. De pronto dijo la más pequeñita: "tengo una idea,
mira aquel pájaro que vuela por el cielo, por qué no esperamos que
venga un gran viento y volamos como él". A la otra hoja le pareció
una estupenda idea. Cuando sopló un gran viento las dos hojas soltaron su rabito de la
rama del árbol y volaron por el aire, muy alto, muy alto, hasta
desaparecer junto a los pájaros del cielo.
En el teatro, la nube sopla a las dos hojitas.
A unos niños le diremos que hagan de nubes, viento, otros de hojas... con disfraces o coronas que representen sus personajes. Y la profesora, a medida que vaya narrando, los niños irán actuando.
Y ahora, ¡manos a la obra y a disfrutar de esta maravillosa experiencia!
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